En el día de hoy, la
Archidiocesis de Sevilla ha hecho público que la Santa Sede ha aprobado el
milagro que se requiere para que la Beata Madre María de la Purísima (Religiosa
de las Hermanas de la Cruz), sea declarada Santa por la Iglesia Católica.
Audio con la historia del milagro:
http://www.goear.com/listen/28c002d/carre-el-armao-de-la-esperanza-el-llamador-de-canal-sur
Dicho anuncio se produce solo
cuatro años después de su beatificación, en una
multitudinaria Eucaristía que se celebró en el Estadio de la Cartuja de
Sevilla, presidida por la imagen de Ntra. Sra. de la Esperanza Macarena.
Grande es la devoción que Arjona
profesa hacia Santa Ángela de la Cruz y también a Madre María de
la Purísima, la cual está presente en la Parroquia de San Martín en
un cuadro situado bajo la imagen de la fundadora de las Hermanas de la
Cruz.
Conviene recordar, que es muy
probable que la nueva Santa visitase nuestro pueblo ya que durante tres años (1947
- 1950) ocupo la dirección del colegio que esta congregación religiosa tuvo en
Lopera.
A continuación os dejamos unas breves notas biográficas
de Madre María de la Purísima, cuya festividad se celebra el 31 de Octubre:
Madre María de la Purísima de la Cruz, (en el siglo:
María Isabel Salvat Romero) nació en Madrid el 20 de Febrero de 1926 en la
calle Claudio Coello nº 25, en el seno de una distinguida familia de alto nivel
social. Fué bautizada en la Parroquia de la Conccepción, en la calle Goya de
Madrid. El día 8 de diciembre de 1944, cuando contaba 18 años, ingresó en
la Compañía de la Cruz. Tomó los hábitos en 1945, profesó temporalmente en 1947
e hizo los votos perpetuos en 1952. Culta y distinguida hablaba tres idiomas,
francés, inglés e italiano y debido a su piedad, no extrañó a la familia su
decisión de ser hermana de la Cruz.
Fiel seguidora de Santa Ángela y observadora intachable
de las reglas del Instituto, mantuvo intacto el carisma fundacional. Fue
elegida Madre general de la Compañía de la Cruz el 11 de Febrero de 1977, pero
antes fue superiora de las casas de Estepa yVillanueva del Río y Minas, maestra
de novicias y consejera generalicia.
Austera y pobre para sí misma -«De lo poco, poco», solía
decir- hacía vivir a las hermanas el espíritu del Instituto en la fidelidad a
las casas pequeñas y se entregó a todos los que la necesitaban, especialmente a
las niñas de los internados. También los pobres y enfermos ocupaban un lugar
privilegiado en su corazón. Así atendía con verdadero cariño a las
ancianas enfermas de las «cuevas» de Villanueva del Río y Minas, cuando estuvo
allí de superiora. Diariamente por la mañana iba hasta las «cuevas» para
atenderlas: las lavaba, les hacía la comida, les lavaba la ropa. Y siempre se
reservaba los trabajos más duros y penosos.
Gobernó la Compañía con incansable celo y gigante
espíritu de Hermana de la Cruz. Su ideal fué hacer vida el carisma de la Santa
Madre Fundadora y con su vida sencilla, humilde y llena de fe, supo dar
ejemplo. Fue fiel seguidora de su obra, y ha dejado en el corazón de todas sus
hijas deseos ardientes de imitar su amor a Dios y a su Santo Instituto.
Falleció el día 31 de octubre de 1998.