Un nuevo Jueves Santo ha llegado a Arjona y otro año más las puertas de San Juan no se abrirán a las 10 de la noche para ver a Cristo expirar. Si bien hace un año todos soñábamos con esta nueva primavera en la que nuestro anhelo era volver a ver nuestras cofradías en la calle, hoy volvemos a dejar la túnica en casa.
Pero no debemos sentir pena ni angustia. Debemos dar GRACIAS siempre en primer lugar al Señor. Gracias porque a pesar de las circunstancias que estamos viviendo, un año más podemos estar ante Él y contemplar su imagen. Gracias por todo lo bueno que nos da día a día y que muchas veces no sabemos valorar. Gracias por esta Hermandad que día a día se esfuerza por mejorar y avanzar en el camino de la Fé. Gracias porque tenemos la confianza de que El siempre nos acompaña, hasta en los momentos más oscuros.
Hermanos, os invito a que esta noche vivais un momento de oración, de recogimiento, tal y como hacemos cada noche de Jueves Santo por las calles de Arjona. Que seamos día a día ese farol que lleve la luz de la esperanza al que lo necesite. Que sirvamos como Cruz de Guia para alumbrar el camino del que se encuentre perdido. Que nuestra oración sea la campana que llame en los corazones de los cristianos para vivir intensamente la fé. Que nuestro corazón se tiña esta noche más que nunca de morado y blanco, y que sobretodo sepamos vivir nuestro día a día con la misma intensidad y devoción con la que vivimos esta Semana Santa.
Desde aquí transmiitir un afectuoso saludo a la hermana mayor Manoli Pérez y su familia.
Que el Santísimo Cristo de la Expiración nos dé salud y esperanza para vivir estos momentos tan difíciles que atraviesa nuestra sociedad.
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